21/9/25

4. La tradición nos enseña que la justicia es, ante todo, una virtud, es decir, una disposición firme y estable que orienta nuestra conducta según la razón y la fe [1]. La virtud de la justicia, en particular, consiste en la «constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido» [2]. En esta perspectiva, para el creyente, la justicia dispone «a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común» [3], objetivo que garantiza un orden en defensa del débil, de aquel que pide justicia porque es víctima de opresión, exclusión o indiferencia. - JUBILEO DE LOS TRABAJADORES POR LA JUSTICIA. (PAPA LEÓN XIV)