3. «Tú amas la justicia y odias la iniquidad» (Sal 45,8), nos recuerda la expresión bíblica, exhortando a cada uno de nosotros a hacer el bien y evitar el mal. O también, ¡cuánta sabiduría contiene la máxima “Dar a cada uno lo que es suyo”! Y, sin embargo, todo esto no agota el deseo profundo de lo justo que está en cada uno de nosotros, esa sed de justicia que es el instrumento clave para construir el bien común en toda sociedad humana. En la justicia se unen la dignidad de la persona, su relación con el otro y la dimensión de la comunidad hecha de convivencia, estructuras y reglas comunes. Una circularidad de la relación social que pone en el centro el valor de cada ser humano, que debe protegerse mediante la justicia frente a los diferentes conflictos que pueden surgir en la acción individual, o en la pérdida de sentido común que incluso puede afectar a instituciones y estructuras. - JUBILEO DE LOS TRABAJADORES POR LA JUSTICIA. (PAPA LEÓN XIV)