12/6/25

7. NO BASTA CONOCER, HAY QUE CREER. Recordando a la beata María Magdalena de la Encarnación, fundadora de las Adoratrices Perpetuas, sor Riva señala que “las últimas palabras de un santo son las más importantes de conservar”. Las de Jesús en la Última Cena conectan “la fe en el Padre y la esperanza en la vida eterna con la caridad entre nosotros”. Así, esperar significa vivir en unidad, y la Eucaristía es el canal privilegiado de la esperanza, capaz de armonizar las tensiones entre pasado, presente y futuro. No basta conocerla: hay que “creerla” y proclamarla.