12/6/25

8. ENTRE PERSECUCIONES Y CONSUELOS. “¿Cómo vencer la mirada acostumbrada y cultivar la mirada humilde del asombro?”, se pregunta la religiosa. La respuesta está en su propia comunidad, fundada en Roma en tiempos napoleónicos, entre persecuciones y el “secuestro” de Pío VII. Fue el Papa quien quiso el primer monasterio junto al Quirinal, entonces residencia papal: un llamado a dirigir la mirada a la Eucaristía, “entre las persecuciones del mundo y los consuelos divinos”, como escribía san Agustín. En Dios está el consuelo definitivo: “Él nos ama con amor eterno. A nosotros nos toca dejarnos moldear y realizar en el tiempo las luces que el Espíritu Santo nos regala, a través de la Eucaristía y de la Virgen María, signo seguro de esperanza”.