6. PÉGUY Y HUGO, EL ASOMBRO DE LA HUMILDAD. El Jubileo nos invita a reflexionar sobre las “cosas últimas”, que pueden sacudirnos interiormente, generando sentimientos de insuficiencia o fracaso. Pero de esa humildad nace “esa pequeña niña sin importancia”, la esperanza, según la bella definición de Charles Péguy. Los humildes, añade sor Riva citando a Víctor Hugo, “son los verdaderamente fuertes, capaces de mirar la vida con ojos de asombro”. -La humildad vence al “gran enemigo del hombre, el Maligno, que acecha justo donde más se manifiesta la santidad”. Por eso, es necesario armarse de modestia, para reconocer, “con los ojos del asombro, los pequeños pero firmes pasos de la esperanza”.