5. OBRAR CON HORIZONTES GRANDES - Hay un recorrido, sin embargo, que debemos recorrer sin miedo: el de Juan y Pedro hacia el sepulcro vacío. “Es la carrera de quien sabe que la esperanza está en la vida verdadera, la vida eterna. La eternidad nos espera a todos: creyentes y no creyentes”. De ahí proviene su invitación a actuar “por el gran horizonte de la vida que no muere”, preguntándonos si cada paso está en sintonía con la verdad, “que es caridad y eternidad”. – Así se manifiesta la esperanza: “afirmando la verdad que respeta la vida desde su concepción hasta su fin; que respeta la dignidad de cada persona, más allá de su género, fe o nacionalidad; que respeta las costumbres y culturas de cada pueblo, esa gran riqueza universal”.