8. Según los defensores de esta corriente, “al encender el fuego” del hogar se potencia la salud, se recupera el propósito vital, se restaura la calma ante el estrés, se mejoran las relaciones personales, se estimula la creatividad e incluso se ordenan las finanzas desde un mayor equilibrio interno. Bajo ese techo, la vida retoma su propio ritmo. QUEDARSE EN CASA