3/12/25

10. Este regreso a la fe no nace del miedo, sino del cansancio del vacío. Lo que hay detrás es hambre de absoluto: el deseo de creer en algo más allá de estas ruinas que les hemos legado. En su búsqueda, la religión deja de ser un dogma heredado y se convierte en un acto de resistencia: una afirmación del espíritu frente al vacío. En ese movimiento de ascenso hacia la gracia, puede que esté germinando la respuesta más radical de nuestro tiempo. Quizá, el gesto más revolucionario ya no sea romperlo todo, sino arrodillarse ante lo que nos sobrepasa. Los hijos del vacío buscan un nuevo nombre para la esperanza. Saben que el alma no se llena con likes, ni el cuerpo con placeres infinitos, sino con presencia, comunión y trascendencia. Rosalía no canta que nacimos tarde, sino justo a tiempo para salvar el alma y, con ello, el mundo. - EDUARDO INFANTE