11/10/25

9. De todo esto, la Iglesia les pide hoy que sean testigos especiales en las diferentes dimensiones de su vida, en primer lugar, caminando en comunión con toda la gran familia de Dios, sintiéndola como Madre y Maestra, compartiendo en ella la alegría de su vocación y también, cuando sea necesario, superando divisiones, perdonando injusticias sufridas, pidiendo perdón por las cerrazones provocadas por la autorreferencialidad. Trabajen para convertirse, día a día, cada vez más en «expertos en sinodalidad», para ser profetas al servicio del pueblo de Dios.