2. Con su vitalidad y con el testimonio de una vida en la que Cristo es el centro y el Señor, pueden contribuir a «despertar al mundo» (cf. Francisco, Carta apost. a todos los consagrados con motivo del Año de la Vida Consagrada, 21 noviembre 2014, II, 2). Esto lo hemos escuchado esta mañana, que pueden hacer despertar al mundo. En este sentido, habría que reiterar siempre lo importante que es para todos ustedes estar arraigados en Cristo. Solo así, de hecho, podrán cumplir la misión de manera fecunda, viviendo la vocación como parte de la maravillosa aventura de seguir más de cerca a Jesús (cf. CONC. ECUM. VAT. II, Decr. Perfectae caritatis, 1).