30/9/25

9. Consolar es difícil. Y quien posee ese don termina siendo víctima de sus desvelos. En su novela Lluvia fina, Luis Landero describe a una de esas escasas personas con el raro talento de escuchar. La dulce Aurora, protagonista del libro, atrae las confidencias de la gente. No puede escapar; todos, como misteriosos zahoríes, detectan su don al instante. “A ella nunca le importó escuchar a los demás, dejarlos que se desahogaran y aliviaran de los viejos recuerdos que los iban carcomiendo por dentro –¡qué tendrá la narración que nos consuela tanto de las culpas y errores y de las muchas penas que los años van dejando a su paso!“. Sin embargo, Aurora, paño de lágrimas para todos, pero invisible en sus tristezas cuando ella necesita apoyo, se hunde en el sirimiri de secretos agravios que llueve sobre su cabeza. Y así, arrastrada por una corriente tumultuosa de voces, desemboca en un final imprevisible. – ANTIFONTE VENDÍA CONSUELOS