30/9/25

10. Para no exasperar a las bondadosas Auroras del mundo real, convendría aprender a prestarnos este servicio recíproco, al estilo de los primates cuando se acicalan y desparasitan unos a otros para fortalecer los lazos de la comunidad. Quitarnos las penas mutuamente, igual que los animales se retiran los piojos más escondidos. Como tu hijo, también los adultos necesitamos, tras las heridas, raspaduras y cicatrices, volver a sostenernos y agarrarnos de la mano. En tiempos de equilibrios precarios, buscamos consuelo al sentirnos sin suelo bajo los pies. – ANTIFONTE VENDÍA CONSUELOS