6. Casi siempre el desconsuelo nace de heridas, miedos e imposibilidades, difíciles de entender desde fuera, pero abrumadoramente reales para quien las sufre. En una obra perdida de Sófocles, el poeta trágico dejó escrito: “El que no haya vivido mis sufrimientos, que no me aconseje”. – ANTIFONTE VENDÍA CONSUELOS