12/6/25

3. DE CHIRICO, el regreso del hijo pródigo. Como un hilo que se va tejiendo palabra tras palabra, cada reflexión de la religiosa se conecta con la siguiente. Menciona el “futurismo”, evocando el movimiento artístico en el que participó Giorgio de Chirico. “El pasado, con sus glorias y dolores, puede ser un trampolín para vivir el presente con la tensión adecuada”, afirma sor Riva. -Se inspira en la obra El regreso del hijo pródigo (1922) de De Chirico, donde el artista —primero intervencionista, luego desencantado tras la guerra— se autorretrata como el hijo pródigo: hombros anchos, muslos marcados, tobillos delgados. Un “hombre hecho a sí mismo”, confundido pero abrazado por el padre, una estatua griega que baja del pedestal para acogerlo. “Sí, el pasado nos sale al encuentro con sus preguntas, no para aplastarnos, sino para impulsarnos al presente, mirando al futuro con esperanza”.