26/12/25

SÉ LA ROCA DE MI REFUGIO, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás; tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi aflicción. Líbrame de los enemigos que me persiguen. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. SALMO 30