23/12/25

LECTURA BREVE - 2Pe 3,8b-9: Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. No es tardo el Señor en el cumplimiento de sus promesas, como algunos piensan. Lo que hace es aguardarnos pacientemente, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos vengáis a arrepentiros.