Himno: AL CAER DE LA TARDE, toda la casa era aromas de vino y tierna hogaza. Mientras, la Madre era un ánfora llena de sus pesares. Al caer de la tarde, la Madre hilaba con aquellas sus manos de virgen casta. Mientras, el Niño soñaba que soñaba lirios y espinos. Al caer de la tarde, en el silencio, aserraban las sierras del carpintero. José pensaba que era el padre dichoso de la Palabra. Al caer de la tarde, Señor, atiende la amargura infinita que el mundo tiene. Colma el vacío de esta familia humana sin tu cariño. Amén.