7. SI QUIERES RENUNCIAR AL RESENTIMIENTO, tienes que renunciar al yo de sombra que se siente amenazado por la confusión sin la cual no puede subsistir. Éste es el problema: tener que vivir en una dependencia servil y completa de un sistema, una organización, una sociedad o una persona a los que se desprecia o se odia. Vivir en semejante dependencia y, no obstante, verse llevado, por el propio apego a o que parece ser una “identidad”, a aprobar y aceptar aparentemente lo que uno odia. Tener un “yo” que es esencialmente servil y dependiente y que expresa su servilismo elogiando y adulando de continuo al tirano a quien está sometido contra su voluntad, pero necesariamente. THOMAS MERTON