6. Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel. Di una palabra y recibe al que es la Palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la Palabra divina, profiere una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es la Palabra eterna. (De las Homilías de san Bernardo)