Jon 2,3.4.5.8 TÚ, SEÑOR, ME SACASTE VIVO DE LA FOSA - Invoqué al Señor en mi desgracia y me escuchó; desde lo hondo del Abismo pedí auxilio y escuchaste mi llamada. Me arrojaste a las profundidades de alta mar, las corrientes me rodeaban, todas tus olas y oleajes se echaron sobre mí. Me dije: «Expulsado de tu presencia, ¿cuándo volveré a contemplar tu santa morada?». Cuando ya desfallecía mi ánimo, me acordé del Señor; y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santa morada.