AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios; entonces yo digo: «Aquí estoy». «—Como está escrito en mi libro— para hacer tu voluntad. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». He proclamado tu justicia ante la gran asamblea; no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes. Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan; digan siempre: «Grande es el Señor», los que desean tu salvación. SALMO 37