15/9/25

Escucha mi voz suplicante cuando te pido auxilio, cuando alzo las manos hacia tu santuario. El Señor es mi fuerza y mi escudo: en él confía mi corazón; me socorrió, y mi corazón se alegra y le canta agradecido. El Señor es fuerza para su pueblo, apoyo y salvación para su Ungido. Salva a tu pueblo y bendice tu heredad, sé su pastor y llévalos siempre. SALMO 27