El Evangelio fue escrito para cada uno de nosotros. Jesús acoge a todos, incluso a quienes vienen a escuchar la Palabra de Dios y luego lo traicionan. Pensemos en Judas: «Amigo», le dice en el momento en que lo traiciona. (Papa Francisco, 23 de septiembre de 2014) «MI MADRE Y MIS HERMANOS SON ESTOS: LOS QUE ESCUCHAN LA PALABRA DE DIOS Y LA CUMPLEN».