7. Hubo una vez un escultor llamado Pigmalión obsesionado por crear una estatua con la forma exacta de sus sueños. Al terminar se había enamorado de ella, y rogó a la diosa del amor –en la Antigua Grecia las competencias divinas estaban ya claramente transferidas– encontrar a una mujer idéntica a ese frío bloque de mármol. Afrodita accedió a su súplica dando vida a la piedra. Desde entonces, esta leyenda simboliza el amor posesivo que necesita esculpir el mundo a imagen y semejanza de sus deseos. - UN VIDEO DE TU VIDA ENTERA (Irene Vallejo, en Miradas)