6. Los testimonios que hemos escuchado transmiten esta certeza. Que el dolor no debe generar violencia; que la violencia no es la última palabra, porque es vencida por el amor que sabe perdonar. ¿Qué mayor liberación podemos esperar alcanzar sino la que proviene del perdón, que por gracia puede abrir el corazón a pesar de haber sufrido toda clase de brutalidades? La violencia padecida no puede ser borrada, pero el perdón concedido a quienes la generaron es una anticipación en la tierra del Reino de Dios, es fruto de su acción que pone fin al mal y establece la justicia. La redención es misericordia y puede hacer mejor nuestro futuro, mientras aún aguardamos el regreso del Señor. Solo Él enjugará toda lágrima y abrirá el libro de la historia permitiéndonos leer las páginas que hoy no podemos justificar ni comprender (cf. Ap 5). - JUBILEO DE LA CONSOLACIÓN