13/9/25

10. El hospital de paliativos del doctor Grange, aunque su finalidad sea la de hacer parir la muerte sin dolor, no queda anegado en el silencio. Allí la muerte y el dolor se expresan, se hacen narración, película, y vinculan al médico con su paciente. La vocación de aliviar de quien siente impotencia para curar al viejo sufriente o al desahuciado esconde la forma elemental, tierna y consoladora de una caricia acompañada de ese conjuro infantil: "sana, sana, culito de rana". - CONTRACORRIENTE