10. HACER PAZ CON NUESTRA POBREZA - Sólo juntos – continuó diciendo el Santo Padre, siendo un único Cuerpo en el que aun el más frágil participa en plena dignidad, seremos el Cuerpo de Cristo, la Iglesia de Dios. “No dejemos al Señor fuera de nuestras iglesias, de nuestras casas y de nuestra vida. Más bien, dejémoslo entrar en los pobres, y entonces haremos paz también con nuestra pobreza, a la que tememos y negamos cuando buscamos a toda costa tranquilidad y seguridad”. León XIV concluyó su homilía pidiendo a la Virgen María que interceda por nosotros y que el fuego del Espíritu Santo los cambie de corazones de piedra en corazones de carne.