4. LA TRINIDAD ES UNA DANZA DE AMOR RECÍPROCO. Al inicio de la homilía, el Papa se remite a San Agustín y subraya cómo para el teólogo Trinidad y sabiduría "están íntimamente ligadas". "La sabiduría divina -señala- se revela en la Santísima Trinidad, y la sabiduría nos conduce siempre a la verdad". "Dios no es estático, no está cerrado en sí mismo. Es comunión, relación viva entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se abre a la humanidad y al mundo”. Es “una danza de amor recíproco”, afirma el Pontífice ante unos 6.500 fieles congregados en la Basílica vaticana. Y cita a dos Padre de la Iglesia, Salonio de Ginebra y san Gregorio Nacianceno que hablan de un “Deus ludens, de un Dios que se divierte”. Es de este dinamismo divino que brota la vida. Es por eso que el deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad: porque requiere un movimiento del yo hacia el otro, ciertamente exterior, pero también y sobre todo interior. Sin esto, se reduce a una estéril competencia de egoísmos.